Calambre muscular, ¿qué es y cómo puedes prevenirlo?

Qué es un calambre muscular

Un calambre muscular se da cuando un músculo se contrae de forma involuntaria. Generalmente, sabemos que nos ha dado un calambre muscular porque sentimos un dolor agudo y pronunciado. Además, es común que notemos una protuberancia o bulto, que indica que nuestro músculo se ha agarrotado. Esto es muy común verlo cuando se nos «sube» el gemelo.
Los calambres musculares suelen aparecer por falta de hidratación, por lo que, para poder evitarlo, es interesante beber mucha agua.
Por lo general, los calambres suelen durar entre unos segundos y unos pocos minutos. Aunque, hay ocasiones, que pueden darse por varias horas, apareciendo de manera intermitente. Cuando nos dan calambres musculares de forma muy frecuente, es interesante acudir al médico o al fisioterapeuta para hacer una valoración acerca de qué está ocurriendo.
Además, es común que conforme envejecemos, nos den más calambres y de manera más frecuente. Por lo general son benignos, aunque podrían ser un signo de que existen otras enfermedades que deberían ser valoradas por un médico, como la diabetes.

¿Qué diferencia hay entre los calambres musculares y los espasmos musculares?

Los espasmos musculares, al contrario que los calambres, suelen aparecer en momentos de reposo. El calambre muscular, como hemos comentado, es frecuente que se dé mientras hacemos ejercicio y con posible deshidratación.
Al contraerse los músculos de manera involuntaria, se producen los espasmos. Estos espasmos musculares, siempre van acompañados de dolor. Además, al igual que ocurre con la artritis y la artrosis, los espasmos musculares pueden darse en cualquier grupo muscular, no son específicos de algunos músculos específicos.
Los espasmos musculares pueden estar también relacionados con una hidratación pobre, aunque es interesante también mantener una hidratación adecuada. Una de las maneras más comunes de tratar los espasmos musculares es con terapias de ejercicios, masajes suaves en la zona, y a veces, con relajantes musculares combinados con estiramientos.

Cuándo nos puede dar un calambre muscular

Es imposible predecir cuándo nos va a dar un calambre muscular, ya que es una afección con muchas causas diferentes. A veces, incluso, los calambres musculares pueden ser secundarios a otras enfermedades. Aunque, por lo general, los calambres musculares suelen ser benignos y provocados por la mezcla de exceso de ejercicio físico e hidratación deficiente.
Como aun no se sabe la causa exacta de que se produzca el calambre muscular, no se ha podido encontrar una manera efectiva de prevenirlo o curarlo.  Se cree que nos puede dar un calambre muscular cuando:

• Realizamos una actividad de intensidad media o alta. En este caso, nuestro cuerpo tiende a eliminar el calor generado por medio del sudor, de modo que vamos expulsando agua y electrolitos, y perdiendo potasio, sodio, calcio, etc.
• Al perder una cantidad considerable de agua y sales minerales. En este caso, la comunicación que se da entre los músculos, gracias a los impulsos eléctricos, se ve alterado por la disminución de los electrolitos.

¿Cómo podemos evitar que nos de un calambre muscular?

Hay ciertas cosas que podemos hacer para evitar o prevenir los calambres musculares:

• Estirar, todos los días, durante al menos 30 minutos. De implementarlo en nuestra rutina diaria, sería muy beneficioso tanto a nivel físico como fisiológico. Al hacer estiramientos se relaja la fascia, que es el tejido que recubre los músculos, de modo que la tensión se aliviaría notablemente.
• Tener una buena hidratación. Lo más importante sería beber unos 2 litros diarios de agua, aunque, también influye el consumo diario de verduras y frutas frescas. En caso de que no fuera posible, o de querer suplementario, podríamos tomar electrolitos en polvo, aunque es preferible hacer uso del agua y las verduras.
• Calentar antes de hacer ejercicio. Y además, estirar al terminar de hacer ejercicio.
• Dejar de hacer ejercicio al notar dolor. Esto, a veces, puede evitar que el problema vaya a más.
• Aumentar de manera progresiva la intensidad de los entrenamientos. De esta manera, les damos tiempo a los músculos a acostumbrarse, y tienen menor sobreesfuerzo, y por tanto menor probabilidad de sobrecargarse/lesionarse.
• Descansar de manera adecuada y durante el tiempo suficiente. Ya sea entre series de ejercicios, entre días de ejercicios, y en nuestra rutina diaria. Una buena rutina del sueño siempre va a hacer que nuestro cuerpo esté mejor, y tenga menos problemas. 
• Evitar correr cuando haga mucho calor. De esta manera podemos prevenir/paliar la deshidratación que puede provocar los calambres musculares.

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