El dolor de espalda es uno de los síntomas más comunes que las personas experimentan en su vida. Aunque la mayoría de las veces no es indicativo de una enfermedad grave, en algunos casos el dolor de espalda y el cáncer van de la mano.
Vamos a ver qué tipos de cancer producen dolor de espalda, qué síntomas tiene el cáncer de espalda y a qué señales estar atentos para saber cuándo preocuparnos por un dolor de espalda.
¿Qué tipos de cáncer producen dolor de espalda?
Existen diferentes tipos de cáncer que pueden manifestarse con dolor de espalda, especialmente aquellos que tienden a hacer metástasis en los huesos. Entre los tipos de cáncer más propensos a causar este tipo de dolor están el cáncer de pulmón, mama, y próstata.
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Estos tipos de cáncer, al diseminarse hacia los huesos, pueden causar una serie de problemas, siendo el dolor de espalda uno de los más prominentes. Este dolor puede ser persistente y progresivo, afectando de manera significativa la calidad de vida del paciente. También es común que ciertos tipos de cáncer, como el mieloma múltiple, debuten con dolor de espalda. Esto se debe a las lesiones óseas que este tipo de cáncer de la sangre provoca en la columna vertebral.
Además, el dolor de espalda puede estar relacionado con tumores que no se originan en los huesos, pero que causan un dolor referido o reflejado. Por ejemplo, el cáncer de páncreas puede producir dolor abdominal que irradia hacia la espalda. Este dolor suele darse en forma de «cinturón» que afecta la columna. Algo parecido ocurre con los cánceres que afectan al sistema respiratorio. Debido a la presión que ejerce sobre las estructuras cercanas, el cáncer de pulmón puede producir dolor de espalda por la presión.
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En resumen, si bien no todos los dolores de espalda están relacionados con el cáncer, es importante prestar atención a aquellos casos que presentan características atípicas o que no responden a los tratamientos habituales.
¿Qué síntomas tiene el cáncer de espalda?
La relación del dolor de espalda y cáncer puede presentar una variedad de síntomas. Dependiendo del tipo de cáncer, su ubicación y si ha hecho metástasis en los huesos o en otras estructuras cercanas. Uno de los síntomas más comunes es el dolor de espalda persistente, que tiende a empeorar con el tiempo y no se alivia con el reposo ni con analgésicos convencionales. Este tipo de dolor suele intensificarse por la noche y puede despertar al paciente.
Además del dolor, otros síntomas que pueden aparecer incluyen:
- Déficit neurológico: El cáncer que afecta la columna vertebral o que causa metástasis en los huesos puede ejercer presión sobre la médula espinal o los nervios circundantes. Esto puede provocar una pérdida de sensibilidad en las extremidades, debilidad muscular o incluso dificultades para caminar. En casos graves, la compresión de la médula espinal puede causar parálisis.
- Pérdida del control de esfínteres: Si la presión sobre la médula espinal es significativa, el paciente puede experimentar problemas para controlar la vejiga o los intestinos, lo cual es una señal de alarma ante la cual acudiremos de manera inmediata al médico o a urgencias.
- Fiebre y pérdida de peso: Aunque no son síntomas exclusivos del cáncer de espalda, la presencia de fiebre sin causa aparente, junto con una pérdida de peso injustificada y fatiga extrema, puede ser indicativa de un proceso oncológico en curso.
- Fracturas: En algunos casos, el cáncer que afecta los huesos de la columna puede debilitar las vértebras, aumentando el riesgo de fracturas. Estas fracturas pueden presentarse incluso con mínimos esfuerzos o sin ninguna lesión evidente.
Es importante destacar que estos síntomas no son exclusivos del cáncer. Pero cuando aparecen, y sobretodo si se acompañan de un dolor persistente que no mejora, deben ser evaluados por un médico.
¿Cuándo hay que preocuparse por el dolor de espalda?
El dolor de espalda es extremadamente común y en la mayoría de los casos no está relacionado el dolor de espalda y cáncer. Sin embargo, hay ciertos factores que pueden indicar que es necesario buscar atención médica de inmediato. Algunos de estos signos de alerta son:
- Antecedentes de cáncer: Si una persona ha tenido cáncer en el pasado el dolor de espalda debe tomarse más en serio. En estos casos podría ser un signo de que el cáncer ha regresado o se ha diseminado a otras partes del cuerpo, como los huesos de la columna.
- Dolor que no mejora con el reposo: La mayoría de los dolores de espalda, como los causados por malas posturas o tensión, mejoran al descansar. Si el dolor persiste incluso en reposo, o empeora por la noche al acostarse, podría ser un indicio de un problema más serio.
- Dolor que no responde a los analgésicos: Si el dolor es persistente y no mejora con el uso de analgésicos comunes como el paracetamol o el ibuprofeno, es importante buscar ayuda médica para descartar otras causas.
- Síntomas neurológicos: Como mencionamos antes, hay síntomas graves que necesitan atención médica urgente. Los más importantes son: la debilidad en las piernas, entumecimiento o pérdida del control de los esfínteres.
- Pérdida de peso y fatiga: La combinación de dolor de espalda con síntomas como la pérdida de peso no intencionada, fatiga extrema o fiebre sin causa aparente, puede ser indicativa de una enfermedad grave, incluida el cáncer.
El diagnóstico temprano es clave para mejorar las opciones de tratamiento y el pronóstico en casos de cáncer que se manifiestan con dolor de espalda. Por eso, si experimentas alguno de estos signos de alerta, es importante acudir a un profesional de la salud para una evaluación exhaustiva.
¿Cuándo consultar a un fisioterapeuta?
El dolor de espalda puede tener diversas causas, tanto benignas como graves. Aun así, es importante actuar con rapidez y consultar a un profesional cuando el dolor persiste o se presentan síntomas de alarma. No esperes a que el dolor de espalda limite tus actividades diarias. Como fisioterapeuta a domicilio en Alicante, ofrezco un enfoque personalizado para ayudarte a aliviar el dolor, mejorar tu movilidad y prevenir complicaciones.
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Conclusión
El dolor de espalda es muy común y en la mayoría de los casos no está relacionado con el cáncer. Aun así, es fundamental estar atentos a ciertos síntomas de alarma que pueden estar mostrándonos la existencia de un problema más grave. Los tipos de cáncer que suelen causar dolor de espalda son el cáncer de pulmón, mama y próstata, especialmente cuando hacen metástasis en la columna vertebral. Sin embargo, otros tipos de cáncer, como el mieloma múltiple o el cáncer de páncreas, también pueden manifestarse con dolor en esta área.
Si bien el dolor de espalda por sí solo no es un indicador definitivo de cáncer, los antecedentes de cáncer, la presencia de otros síntomas como la pérdida de peso, el dolor nocturno, la fiebre, y los problemas neurológicos deben ser motivo de consulta médica inmediata. En cualquier caso, un diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado pueden mejorar significativamente el pronóstico y la calidad de vida del paciente.
