hablábamos de los calambres musculares, qué son y cómo podemos evitarlos. Hoy vamos un poquito más allá, y vamos a analizar las causas y tratamiento para los calambres musculares.
Qué causa los calambres musculares
Los tirones musculares son muy comunes en personas que hacen ejercicio. Por suerte o por desgracia, las causas de los calambres musculares pueden ser muy diversas:
- Tensar en exceso o sobrecargar un músculo. Esta es la causa más frecuente de los calambres musculares.
- Comprensión de los nervios, por problemas como el pinzamiento de un nervio en el cuello o en la espalda.
- Baja forma/fuerza física
- Mala circulación o poco riego sanguíneo en los músculos.
- Deshidratación, como comentamos en nuestro post anterior
- Bajos niveles de minerales, en concreto de electrolitos, como el potasio o el calcio.
- Altas temperaturas en el momento en el que hacemos ejercicio
- Embarazo
- Menstruación
- Ciertos medicamentos
- Técnica de ejercicio deficiente
- Estar en tratamiento de diálisis
- Esclerosis múltiple
- Enfermedades no diagnosticadas, como la arterioesclerosis de las extremidades.
A veces, la causa de los calambres musculares es desconocida. Además, no suelen afectar sólo a un músculo en concreto, sino que pueden aparecer en:
Calambres musculares en la pierna
Los calambres musculares más comunes en la pierna son:
- Calambres musculares en los gemelos o en la pantorrilla (parte posterior de la pierna). Son los calambres musculares más frecuentes.
- En la parte posterior del muslo (corva)
- Calambres musculares en el cuádriceps (parte frontal del muslo)
Los calambres en las piernas son los más frecuentes de todos. Suelen aparecer en personas que realizan deporte, como en mujeres durante el embarazo. Pueden aparecer tanto durante el día, mientras hacemos ejercicio, como por la noche, cuando estamos ya tumbados en la cama. Además, los calambres musculares pueden aparecer también en aquellas personas que tienen problemas vasculares en las piernas, por la falta de riego fluido. Los calambres en los gemelos son muy frecuentes, y no se dan sólo en deportistas o embarazadas, sino que pueden aparecer en todo tipo de personas. Por lo general, aparecen por una excesiva demanda de la musculatura de la parte posterior de la pierna, ya sea por aumento de carga en intensidad o tiempo, por no descansar, o por tener una musculatura demasiado débil para la actividad realizada. A veces, pueden aparecer también en pacientes que no hacen ejercicio y que tienen inmovilizada la zona, ya que esto provoca que no fluya la sangre o los nutrientes en la pierna. Los calambres musculares en la pierna también se relacionan con el cambio de calzado, a uno más estrecho, inadecuado, o simplemente muy distinto al que calzábamos antes. Igualmente, pueden tener relación con el cambio de terreno o de rutina deportiva.
Calambres musculares y pies
Los calambres musculares en los pies pueden tener varias causas:
- Calzado estrecho: hace que nuestros pies estén sometidos a una gran presión, comprimiendo los músculos y los nervios de la zona. Esto puede generar que nos den calambres en los pies, en concreto, suelen aparecer entre el 3 y 4 dedo.
- Embarazo: Durante el embarazo, las piernas y los pies se hinchan. Además, el sistema circulatorio se vuelve más lento, y puede hacer que se den más calambres musculares en los pies y en las piernas. Si quieres saber cómo puede ayudarte el uso de TENS a aliviar los calambres musculares y a mejorar la circulación en el embarazo, hemos escrito un post completo sobre ello.
- Mala pisada: está asociada a diferentes problemas, como los juanetes y la aparición de calambres en los pies. Si no se trata a tiempo, puede generar problemas en rodillas, cadera o espalda.
Calambres musculares en los abdominales
Los calambres abdominales de tipo muscular son muy poco frecuentes. Es mucho más frecuente que se den en las piernas, brazos y pies. Aun así, pueden aparecer. En este caso, los calambres suelen estar provocados por la contracción de los músculos transversos abdominales. Pueden aparecer en cualquier lado del abdomen, aunque suelen darse más en los laterales.
Los calambres musculares abdominales pueden tener varias causas:
- Embarazo: A veces, a partir del 2 trimestre del embarazo, puede aparecer un dolor muy intenso en la región infraumbilical al cambiar de posición, normalmente en uno de los laterales. A veces, este dolor lleva a pensar que está relacionado con las contracciones, pero en realidad se debe a calambres en los abdominales. En concreto, suelen ser calambres musculares en los oblicuos inferiores. Se pueden prevenir cambiando de posición lentamente. Para aliviar el dolor, podemos ponernos en cuclillas.
- Exceso de ejercicio: sobretodo si nos pasamos ejercitando toda la musculatura abdominal. Lo importante para evitar estos calambres musculares en el abdomen es comenzar a realizar estos ejercicios poco a poco, aumentando la intensidad de forma progresiva.
- Mala técnica de ejercicio: suele relacionarse con hacer ejercicios abdominales con mucha inclinación, como los abdominales «normales» o «de toda la vida», muy mantenidos. Además, suelen aparecer más cuando hacemos estos ejercicios sin meter tripa o sin haber trabajado antes el músculo transverso.
Para disminuir el dolor de los calambres musculares en los abdominales, podemos estirar el lado afectado.
Calambre muscular en la cama
Los calambres musculares en la cama o nocturnos son muy frecuentes en gemelos y en los pies. A veces tienen causas justificadas (como el embarazo), pero hay ocasiones en los que no se encuentra una causa aparente:
- Calambres idiomáticos nocturnos: A veces, cuando parecen sin una causa aparente, puede que estemos frente a calambres nocturnos idiopáticos, o los que es lo mismo, con una base genética. Generalmente, es algo hereditario, que puede encontrarse en otros familiares, sin que haya una alteración que justifique estos calambres.
- Embarazo: La segunda causa de que mi mujer no pegara ojo por las noches durante el embarazo, después de la barriga, fueron los calambres. A partir del segundo trimestre, comenzaron a intensificarse, llegando a tener varios por semana, e incluso varios en la misma noche.
La mejor forma de prevenir los calambres musculares en la cama es hacer estiramientos todos los días, durante 10 o 15 minutos justo antes de acostarse, estar bien hidratado, y tienes una dieta rica en alimentos con calcio, magnesio y potasio (como el plátano, los pistachos…), y tratar de hacer ejercicio físico de forma habitual.
Calambres musculares tratamiento
Afortunadamente, los calambres musculares son una patología benigna que no suele necesitar tratamiento. Normalmente, son inofensivos y suelen desaparecer después de unos minutos. Aun así, hay ciertas cosas que podemos hacer para reducir el dolor y las molestias que nos producen:
- Dejar de hacer ejercicio
- Estirar o masajear suavemente el músculo afectado. Mantener el estiramiento hasta que los calambres paren.
- Aplicar calor cuando notamos que el músculo está tenso
- Usar TENS para relajar los músculos
- Aplicar frío (hielo, spray frío, etc.) cuando tenemos dolor en el músculo. Además, ayudará a relajar los músculos.
- Beber más líquidos. No solamente agua, sino con bebidas que nos puedan aportar una proporción de los minerales perdidos.
- Caminar un pcoo
- Si el calambre es en el gemelo: poner la mano en el muslo e ir subiendo, lentamente, los dedos hasta la rodilla.
- Si el calambre es en los cuádriceps: mantenerse de pie, levantar el tobillo hacia los glúteos, y mover la parte superior del pie y del talón para estirar.
- Si el calambre es en los isquiotibiales: sentarse y estirar la pierna, mantener la rodilla sin flexionar e intentar inclinarse hacia delante hasta tocar el pie.
Hay ciertas ocasiones en que los calambres musculares necesitan tratamiento, y a las que debemos estar atentos si nos ocurren:
- Cuando los calambres musculares son severos, probablemente necesiten una evaluación y un tratamiento por parte de un fisioterapeuta o médico.
- Si nos dan con mucha frecuencia
- No mejoran ni disminuye el dolor con estiramientos y aumentando la ingesta de agua.
- Duran mucho tiempo
- Van acompañados de hinchazón en la zona, enrojecimiento o sensación de calor.
- Los calambres musculares aparecen acompañados de debilidad muscular.