El Síndrome de Dolor Miofascial, es aquel que incluye a todos “los síntomas sensoriales, motores y autonómicos ocasionados por los puntos gatillo miofasciales”. Es un dolor musculo esquelético, no inflamatorio, que normalmente parece no tener una causa aparente, lo que dificulta su diagnóstico, y que mejora con terapia física o farmacológica.
¿QUÉ NOS DICEN LOS DATOS SOBRE LOS PUNTOS GATILLO?
Se trata de un problema cotidiano que repercute en gran parte de la población, ya que los individuos en general se encuentran sometidos a muchos factores que pueden predisponer la aparición de este problema, como son el estrés, la falta de descanso, los malos hábitos posturales, la sobrecarga crónica, el tipo de trabajo y el ambiente, los malos gesto deportivos y las deficiencias nutricionales.
El Síndrome del Dolor Miofascial es una de las patologías más frecuentes de consulta médica en la sociedad, en el cual se tiene que invertir inmensas cantidades de dinero para cubrir su coste sanitario. Algunos estudios estiman que el 9% de las consultas de Atención Primaria, y 87% de las consultas especializadas en dolor son provocadas por este síndrome. Cuando se cronifica, puede generar un gran dolor constante y disfuncionalidad muscular en el paciente, siendo un contribuyente importante al ausentismo laboral.
CAUSAS DE LOS PUNTOS GATILLO
El Síndrome del Dolor Miofascial se produce por la activación de puntos gatillo miofasciales, los cuales se encuentran en las bandas tensas de los músculos. Se definen como “focos de hiperirritabilidad en un músculo asociado con un nódulo palpable hipersensible, localizado en una banda tensa. La zona es dolorosa a la compresión y puede dar lugar a dolor referido característico, hipersensibilidad referida a la presión, disfunción motora, y fenómenos autonómicos”.
Cuando se hace una presión sobre el punto gatillo miofascial, se produce un dolor en la zona o dolor irradiado (a distancia), que en el caso de estar provocando sintomatología, el paciente es capaz de reconocerlo como su dolor habitual. A parte de dolor y disfunción, también suele producir acortamiento de las fibras musculares, provocando dolor al estirar el músculo. Además, para verificar que existe un punto gatillo, hay que reproducir una respuesta de espasmo local (una contracción involuntaria de la musculatura) mediante la inserción de una aguja , o mediante una demostración de un electromiograma de superficie de actividad eléctrica espontánea.
Un dolor irradiado suele ser una complicación para el diagnóstico, ya que se puede pensar que el problema viene de otro sitio. Una gran cantidad de pacientes con dolor miofascial pasan de profesional en profesional, sin que se encuentre el motivo de su molestia. Igualmente, hya un buen número de pacientes con dolor orofacial, que por mucho que van al dentista no se termina de ir su dolor en la boca, en verdad tienen dolor referido de la musculatura masticatoria. El mismo caso puede pasar con las migrañas o jaquecas. Una persona con dolor de cabeza, que por mucho que toma pastillas no se le va su dolor de cabeza, puede tener activa puntos gatillo miofasciales en la musculatura del hombro o del cuello, y este referir dolor a la cabeza.
TRATAMIENTO PARA LOS PUNTOS GATILLO
El abordaje de este síndrome se puede dividir en dos fases:
- En la primera fase, el tratamiento se centra en el dolor, fundamentalmente inactivando los puntos gatillo miofasciales.
- En la segunda, el tratamiento trata de eliminar todos los factores que originan o que mantienen los síntomas de los puntos gatillo. Además, trata de reacondicionar la musculatura para corregir el problema.
En el ámbito de la fisioterapia, los tratamientos de liberación de puntos gatillo suelen combinar distintos métodos, utilizando técnicas invasivas y no invasivas. Muchas veces es necesario combinar ambas terapias, ya que al aplicar determinadas técnicas sin tratamiento posterior complementario se puede provocar una mayor irritación del punto gatillo miofascial.
TÉCNICAS PARA ELIMINAR UN PUNTO GATILLO ACTIVO
Las técnicas más utilizadas en el tratamiento de un punto gatillo o del Dolor Miofascial son:
- Estiramientos (en ocasiones reforzándolo con el uso de spray)
- Ejercicios de corrección postura
- Ultrasonidos
- Punción seca
- Masoterapia
- Kinesiotape
- Técnicas miofasciales
- Estimulación nerviosa eléctrica percutánea
- Acupuntura
- Técnicas isquémicas por compresión
- Ejercicios de fortalecimiento muscular
- Electroterapia convencional (TENS) o Electroestimulación sobre los puntos gatillo
- Técnicas de liberación posicional
- Ejercicios de relajación postisométrica
- Biofeedback
- Ondas de choque.
Los tratamientos de elección serían terapia manual y punción seca. La terapia manual es una técnica no invasiva que consigue buenos resultados, pero que en ocasiones requiere varias sesiones para ser 100% eficaz. Mientras que la punción seca sería el tratamiento de elección para pacientes que no sufran de fobia a las agujas, ya que se ha demostrado que es seguro y muy eficaz para desactivar puntos gatillo (siempre y cuando el profesional que la utilice esté correctamente formado y sepa localizar de manera exacta los puntos gatillo a tratar, ya que sino la técnica sería ineficaz). La punción seca es una técnica más «rápida» que la terapia manual, ya que con una buena localización de los punto gatillo miofasciales, se pueden conseguir resultados en cuestión de segundos/minutos.
Siempre es importante apoyar el tratamiento con los estiramientos adecuados, y con una buena valoración, para poder encontrar la causa que hace que esos puntos gatillo se activen, y poder trabajar sobre ella para poder evitar que vuelvan a activarse. Esto cuenta tanto como tratamiento de la patología presente, como forma de prevención para futuras patologías.
PREVENCIÓN
Es de vital importancia el tratamiento de los puntos gatillos miofasciales, buscando su origen y actuando sobre este, y no sobre dolores referidos como se ha comentado anteriormente. Sólo así se podrán prevenir futuras recaídas, ya que si únicamente se trata la sintomatología, con el tiempo se volverán a activar o se terminarán cronificando.
En algunos casos, el origen de los puntos gatillo miofasciales se puede encontrar en problemas tan comunes como sentarse mal, utilizar una talla menos de sujetador, correr con unas malas zapatillas, la falta de ejercicio, o llevar muchos peso en la mochila.