En pocas horas llega a España el temporal de frío del que todo el mundo está hablando… Y como siempre, volvemos a escuchar eso del «dolor de huesos» o articulaciones en personas mayores o en personas que han tenido algún tipo de lesión o fractura previa. Por este motivo, hemos rescatado este interesante análisis de un estudio sobre la relación entre el cambio de tiempo y el dolor articular.
Existe la arraigada costumbre de asociar una gran cantidad de enfermedades y afecciones con las condiciones meteorológicas adversas. Es muy frecuente escuchar que la humedad y los cambios bruscos de temperatura pueden afectar en el dolor de como la lumbalgia o la artrosis, como sucede con las personas que sufren de rizartrosis.
Un tercio de la población sufrirá dolor de espalda en algún momento de su vida, como ya hemos comentado anteriormente en otros de nuestros posts. Esta probabilidad se ve incrementada en el caso de los pacientes con artrosis: una enfermedad crónica que padecen hasta un 18% de las mujeres y un 10% de los hombres mayores de 60 años.Pero, ¿realmente el clima tiene algo que ver?
Cambio de tiempo y dolores musculares
Cuando el cambio de tiempo se acerca, es común que algunas personas experimenten molestias en las articulaciones y los músculos. Este fenómeno se debe a diversas razones, como la sensibilidad a los cambios de presión atmosférica, la humedad y la temperatura. Estos factores pueden afectar la inflamación en las articulaciones, lo que resulta en dolores musculares que pueden ser incómodos e incapacitantes para algunas personas.
Es importante tener en cuenta que el dolor muscular causado por el cambio de tiempo no afecta a todas las personas de la misma manera. Algunas personas pueden ser más sensibles a estos cambios y experimentar síntomas más intensos, mientras que otras pueden no sentir ningún malestar. También es posible que el dolor se manifieste de diferentes formas, como rigidez, sensación de pesadez o incluso sensibilidad al tacto en ciertas zonas del cuerpo.
Para aliviar los dolores musculares asociados al cambio de tiempo, existen algunas medidas que se pueden tomar. Mantenerse activo físicamente, realizar estiramientos suaves, aplicar compresas calientes o frías en las zonas afectadas, y mantener una alimentación equilibrada pueden ayudar a reducir la incomodidad. Además, es recomendable consultar con un médico o fisioterapeuta para recibir un diagnóstico preciso y un tratamiento adecuado.
En resumen, el cambio de tiempo puede desencadenar dolores musculares en algunas personas debido a la sensibilidad de las articulaciones a los cambios en la presión atmosférica, la humedad y la temperatura. Es fundamental escuchar a nuestro cuerpo, buscar formas de aliviar el malestar y, en caso de necesidad, acudir a profesionales de la salud para recibir el tratamiento adecuado. Con cuidado y atención, es posible minimizar los efectos negativos que el cambio de clima pueda tener en nuestro bienestar físico.
Artrosis cambio de tiempo
La artrosis es una enfermedad crónica que afecta a las articulaciones, causando dolor, rigidez y dificultad para moverse. Cuando cambia el tiempo, las personas con artrosis suelen experimentar un empeoramiento de los síntomas.
La creencia popular dice que el cambio de tiempo puede influir en la presión atmosférica, lo que a su vez afecta a las articulaciones de quienes sufren de artrosis. Esto puede provocar un aumento del dolor y la inflamación en las zonas afectadas. Las personas con artrosis suelen ser más sensibles a los cambios de temperatura, especialmente cuando hay humedad en el ambiente. Esto puede hacer que las articulaciones duelan más y se sientan más rígidas.
Para aliviar los síntomas de la artrosis durante los cambios de tiempo, es importante mantenerse activos y realizar ejercicios de bajo impacto. Es decir, queda totalmente descartado lo de no salir a caminar porque nos duelen las articulaciones y hay mal tiempo. También se pueden utilizar tratamientos como compresas calientes o frías para aliviar el dolor y la inflamación.
Además, es fundamental consultar a un médico para recibir un diagnóstico adecuado y un plan de tratamiento personalizado. El profesional de la salud podrá recomendar medidas específicas para controlar los síntomas de la artrosis en función de las condiciones climáticas y el cambio de tiempo.
Dolor de pierna por cambio de tiempo
El dolor de pierna por cambio de tiempo es una molestia común que muchas personas experimentan, especialmente en épocas de transición entre estaciones. Este tipo de dolor puede manifestarse de diversas formas, como sensación de pesadez, rigidez o incluso punzadas agudas en las articulaciones.
Uno de los factores que se cree influyen en el dolor de pierna por cambio de tiempo es la variación en la presión atmosférica. Los cambios bruscos en la presión del aire pueden afectar a las articulaciones, desencadenando molestias y malestar en las piernas, sobre todo en aquellas personas que padecen de condiciones como artritis o artrosis.
Además de la presión atmosférica, la humedad y la temperatura también pueden desempeñar un papel en el dolor de pierna por cambio de tiempo. La humedad excesiva o las temperaturas extremas pueden provocar inflamación en las articulaciones, lo que se traduce en dolor y molestias al caminar o mover las piernas.
Para aliviar el dolor de pierna por cambio de tiempo, se recomienda mantenerse activo con ejercicios suaves de estiramiento, aplicar compresas frías o calientes según la necesidad y mantener una adecuada hidratación. En casos de dolor persistente, es aconsejable consultar a un profesional de la salud para recibir un diagnóstico preciso y un tratamiento adecuado.
¿De dónde surge esta creencia?
«La creencia de la existencia del vínculo entre el dolor y las inclemencias del tiempo, se remonta a la época romana. Sin embargo, nuestro trabajo sugiere que esto podría basarse en el hecho de que la gente recuerda episodios que confirman sus puntos de vista preexistentes», explica Chris Maher, director de la investigación.
Este pensamiento tradicional se basa en la existencia de una relación entre los cambios en el clima como: variaciones en la temperatura ambiental, la humedad, la presión atmosférica, el viento o las precipitaciones… y la aparición o la agudización de los síntomas del dolor de espalda o la artrosis.
¿Mito o realidad?
Para desmentir esta creencia generalizada y extendida durante siglos, los investigadores analizaron los historiales médicos de casi 1.000 adultos australianos con dolor lumbar, y 350 con osteoartritis de rodilla. Según dicho estudio, llevado a cabo por investigadores del Instituto George de Salud Global en Sidney y publicado en la revista ‘Pain Medicine‘, el aumento de los síntomas de lumbalgia y la artrosis no tienen ninguna relación con los cambios meteorológicos.
Además, tuvieron en cuenta los datos de la Oficina Australiana de Meteorología durante el periodo de estudio, cuando se registraron temperaturas de entre 5,4 y 32,8 grados. Observaron el clima en el momento en que los pacientes comenzaron a manifestar los síntomas. Después analizaron el tiempo que hizo una semana y un mes antes para observar una posible relación.
No existe de relación entre estos dolores y la humedad, la temperatura, la presencia de viento, la presión atmosférica o las precipitaciones.
«Nuestros pacientes se mostraban inflexibles a la hora de afirmar que las condiciones atmosféricas adversas empeoraban su sintomatología. De esta forma, decidimos llevar a cabo un nuevo análisis de los pacientes con dolor lumbar y osteoartritis», añade Maher. Los resultados de este nuevo estudio mostraron exactamente lo mismo: no hay de relación entre estos dolores y la humedad, la temperatura, la presencia de viento, la presión atmosférica o las precipitaciones. Aunque sí es cierto que las precipitaciones y el suelo mojado se asocian con un mayor riesgo de caídas. Si es tu caso, o te resbalas más con el suelo mojado, podría interesarte nuestro post sobre zapatos antideslizantes y respetuosos con los pies.
Asimismo y desmintiendo aún más la tradición, los expertos asociaron el incremento de las temperaturas con un aumento de la probabilidad de sufrir de dolor lumbar.
«Los seres humanos somos muy susceptibles. Es sencillo acordarnos más del dolor en los días fríos y lluviosos , y olvidarlo cuando el tiempo es benevolente y soleado»
Mayor prevención y control del dolor de articulaciones por cambio de tiempo
Para Manuela Ferreira, coautora de la investigación, las personas que padecen estas condiciones no deberían centrarse en la climatología. Según afirma, «no sólo no tiene ninguna influencia sobre sus síntomas, sino que, además, escapa completamente a su control«.
En ese sentido, Ferreira desaconseja culpar al tiempo de la aparición de los síntomas. Tiene más sentido «centrarse en aquellos aspectos que uno puede controlar para la prevención y el mejor manejo de los episodios dolorosos».