Una de las patologías que vemos cada vez más frecuentemente en las consultas de fisioetrapia es la rizartrosis. Hoy vamos a hablar sobre todo lo relacionado con la rizatrosis pulgar. Veremos qué es la rizartrosis, cuáles son sus síntomas y tratamientos comunes, así como las posibles secuelas de operacion de rizartrosis.

¿Qué es la rizartrosis?

La rizartrosis, también conocida como artrosis del pulgar, es una condición degenerativa que afecta la articulación trapeciometacarpiana, ubicada en la base del pulgar. Esta es una de las articulaciones más importantes de la mano, ya que nos permite realizar movimientos esenciales como agarrar, sujetar y manipular objetos. Cuando el cartílago que recubre esta articulación se desgasta, los huesos comienzan a rozar entre sí, lo que provoca dolor, inflamación y, en casos avanzados, deformidad en la zona.

Es una de las patologías más comunes que afectan las manos, y en especial la articulación del pulgar, siendo más frecuente en mujeres de edad postmenopáusica. Esta condición puede tener un impacto notable en la vida diaria, ya que acciones tan simples como abrir una puerta o destapar una botella pueden convertirse en tareas muy dolorosas.

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Causas de la rizartrosis del pulgar

Como todo en salud, el desarrollo o no de la rizartrosis pulgar depende de varios factores de riesgo. Algunos de los más importantes son:

1. Sobreuso de la articulación: Profesiones o actividades que requieren un uso repetitivo del pulgar, como escribir o manipular herramientas, pueden aumentar el riesgo de desarrollar esta patología.
2. Edad: A medida que envejecemos, el cartílago en nuestras articulaciones se va desgastando, lo que aumenta la posibilidad de sufrir rizartrosis. Por este motivo, la fisioterapia geriatrica es una gran aliada frente a la rizartrosis pulgar.
3. Género: Las mujeres, especialmente después de la menopausia, tienen más probabilidades de desarrollar esta condición, debido a la mayor laxitud en las articulaciones.
4. Traumatismos previos: Lesiones o fracturas en la base del pulgar pueden debilitar la articulación, haciendo que sea más susceptible a la rizartrosis. Saber más sobre los usos y beneficios de las muñequeras.
5. Factores genéticos: En algunos casos, existe una predisposición hereditaria a desarrollar artrosis en las articulaciones de la mano.

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Síntomas de la rizartrosis

Los síntomas de la rizartrosis del pulgar pueden variar según la gravedad del desgaste articular, pero suelen incluir:

1. Dolor en la base del pulgar: Este es el síntoma más común, que empeora con el uso de la mano. Actividades cotidianas como girar una llave, abrir una botella o usar el teléfono móvil pueden provocar dolor intenso.
2. Debilidad en la mano: La rizartrosis puede afectar la fuerza de agarre y hacer que sea difícil sujetar objetos, incluso los más ligeros.
3. Rigidez y pérdida de movilidad: Muchas personas con rizartrosis experimentan rigidez en la articulación, especialmente por la mañana o después de periodos de inactividad.
4. Inflamación: La zona afectada puede estar hinchada y sensible al tacto, lo que dificulta aún más el uso normal de la mano.
5. Deformidad: En etapas avanzadas, la articulación del pulgar puede deformarse debido al desgaste del cartílago, lo que afecta aún más la funcionalidad.

Tratamiento de la rizartrosis

El tratamiento de la rizartrosis depende del grado de afectación y de cómo interfiera con la vida diaria del paciente. Al comienzo de la enfermedad es frecuente utilizar tratamientos más conservadores para aliviar el dolor y mejorar la movilidad. Algunas de las opciones incluyen:

1. Fármacos antiinflamatorios y analgésicos: Pueden tomarse antiinflamatorios por vía oral o aplicarse mediante infiltraciones en la articulación para reducir la inflamación y aliviar el dolor.
2. Férulas u órtesis: Estas herramientas mantienen el pulgar inmovilizado, lo que ayuda a reducir la presión sobre la articulación y, por ende, el dolor.
3. Fisioterapia: La fisioterapia es esencial para fortalecer los músculos alrededor de la articulación y mejorar la movilidad. Como fisioterapeuta a domicilio en Alicante, ofrezco tratamientos personalizados para ayudar a reducir el dolor y mejorar la calidad de vida de quienes padecen rizartrosis.

En casos más avanzados, donde estos tratamientos no son suficientes para controlar el dolor, puede ser necesaria la cirugía.

Secuelas de operación de rizartrosis

Las secuelas de la operación de rizartrosis no son siempre las mismas. Estas varían según el tipo de intervención quirúrgica realizada. Existen varias técnicas quirúrgicas, desde la eliminación del hueso artrósico (trapecio) hasta la colocación de prótesis en la articulación. Estas cirugías tienen como objetivo reducir o eliminar el dolor y, en muchos casos, mejorar la movilidad del pulgar.

Entre las posibles secuelas postoperatorias están:

1. Dolor residual: Aunque la cirugía suele ser exitosa, algunos pacientes pueden seguir experimentando cierto grado de dolor en la base del pulgar, especialmente durante las primeras semanas después de la operación.
2. Rigidez en el pulgar: La pérdida de flexibilidad y movilidad en la articulación es una complicación común, aunque la fisioterapia postoperatoria puede ayudar a mejorar estos síntomas.
3. Infección: Como con cualquier procedimiento quirúrgico, existe un riesgo de infección en el sitio de la operación, aunque es relativamente bajo.
4. Dificultad para realizar ciertos movimientos: Aunque la cirugía está diseñada para mejorar la funcionalidad del pulgar, en algunos casos, los pacientes pueden notar dificultades en ciertos movimientos o tareas que involucran un agarre fuerte.

Rehabilitación después de la operación

Seguir un programa de rehabilitación es imprescindible tras una operación de rizartrosis. El objetivo es restaurar la movilidad del pulgar, fortalecer los músculos de la mano y prevenir futuras complicaciones. El plan de rehabilitación suele incluir:

1. Fisioterapia postquirúrgica: A través de ejercicios específicos de estiramiento y fortalecimiento, la fisioterapia postoperatoria ayuda a recuperar la funcionalidad del pulgar. Como fisioterapeuta a domicilio, ofrezco sesiones personalizadas que se adaptan a las necesidades de cada paciente.
2. Movilización temprana: La realización temprana de ejercicios de movilidad suave puede prevenir la rigidez y mejorar los resultados a largo plazo.
3. Seguimiento médico: Obviamente, llevar un buen control y seguimiento por parte del cirujano y del fisioterapeuta es esencial. Gracias a ello, se puede hacer una evaluación certera del progreso y ajustar la pauta de rehabilitación de forma personalizada.

Conclusión

La rizartrosis del pulgar es una condición degenerativa que puede afectar significativamente la calidad de vida de quienes la padecen. Aun así, no todo es tan negativo. Si damos con un buen tratamiento, adecuado a nuestro caso personal, podemos controlar el dolor y mejorar la funcionalidad de la mano. Ya sea mediante tratamientos conservadores o, en casos más graves, cirugía, es fundamental abordar la rizartrosis de manera temprana para evitar complicaciones a largo plazo.

Si sufres de dolor en la base del pulgar o has sido diagnosticado con rizartrosis, no dudes en contactarme para una consulta de fisioterapia a domicilio en Alicante. Estoy aquí para ayudarte a recuperar la funcionalidad de tu mano y mejorar tu calidad de vida.