Todos hemos conocido alguna vez a alguien que se ha hecho un esguince, o incluso si hemos sido poco afortunados, nosotros mismos habremos sufrido uno en nuestras propias carnes. A pesar de ello, es una lesión «muy conocida» popularmente, pero de la que realmente solemos saber poco.
Hoy vamos a hablar de qué son los esguinces, qué tipos y clasificaciones hay, dónde es más habitual padecerlos, así como los tratamientos que podemos aplicar, ya sea de manera autónoma en primera instancia, y después con la ayuda de un profesional sanitario.
¿Qué es un esguince?
Si somos estrictos, según la RAE (Real Academia Española), un esguince se define como:
Del ant. esguinzar ‘desgarrar’.
1. m. Torcedura brusca y dolorosa de una articulación, de carácter menos grave que la luxación.
2. m. Ademán hecho con el cuerpo, hurtándolo y torciéndolo para evitar un golpe o una caída.
3. m. desus. Movimiento del rostro o del cuerpo, o gesto con que se demuestra disgusto o desdén.
En fisioterapia, se considera un esguince a la distensión anormal de los ligamentos, la cual sobrepasa los límites anatómicos normales, generando cambios macro y microscópicos que demuestran la elongación, desgarro o ruptura de los mismos. Frecuentemente, los tendones cercanos al sitio de la lesión pueden encontrarse afectados.
Pero… ¿Qué son los ligamentos? ¿Y qué es eso de que se elongan o se desgarran? Os lo explicamos:
Las articulaciones, en todo el cuerpo, están unidas por bandas de tejido conectivo que se llaman ligamentos, cuya función es estabilizar la articulación limitando el recorrido de las superficies articulares, así como facilitar la información propioceptiva de la misma.
Si analizamos con un microscopio los ligamentos, veremos que están formados por ciertas fibras y células (fibras de colágeno tipo I, elastina y matriz extracelular, así como de unas pocas células fibrolásticas que se distribuyen a manera de bandas) que cuentan con propiedades mecánicas que hacen que los ligamentos pueda elongarse (alargarse). Cuando exponemos a los ligamentos a una excesiva carga de elongación, o a una elongación prolongada en el tiempo, es cuando se produce el esguince.
Cuando el ligamento se estira más de lo previsto, o durante más tiempo del que puede soportar, es cuando se produce el esguince.
¿Qué tipos de esguinces hay?
Hay varios tipos de esguinces, que se clasifican según el grado de la lesión. Atendiendo a esta clasificación podemos encontrar:
- Esguinces de I grado: con distensión leve de los ligamentos, sin laxitud articular asociada, con ruptura de un porcentaje muy bajo de fibras. Generalmente, el paciente refiere dolor de moderada intensidad, con aumento de volumen localizado poco perceptible, pudiendo realizar sus actividades diarias sin interferencia.
- Esguinces de II grado: distensión moderada de los ligamentos, acompañado de inestabilidad articular, con ruptura del 40-50% de fibras. Suele cursar con presencia de dolor opresivo, pulsátil tolerable, pero que limita la función de la región lesionada, provocando impotencia parcial de la misma, a lo que se asocia, aumento de volumen, con presencia de equimosis leve periarticular.
- Esguinces de III grado: los ligamentos además de ser elongados, se desgarran, pudiendo llegar a romperse, así como de lesionar los tendones y tejidos cercanos. El paciente refiere intenso dolor inmediatamente producida la lesión, encontrándose inmovilizada el área afectada, sin lograr apoyo sobre la zona. Al tratarse de una lesión de mayor severidad la inflamación, el hematoma o equimosis, son evidentes y se localizan alrededor de la zona lesionada, impidiendo además la movilización de la misma.
¿Qué esguinces son más frecuentes?
El esguince más frecuente es el de tobillo, sobretodo en deportistas, mujeres que usan tacones, e incluso en personas que andan por la calle y tropiezan.
Cuando el esguince se presenta en el tobillo, se observa que el pie afectado tiene una posición más invertida que la del pie sano. Además, al moverlo genera mucho dolor.
Así mismo, los esguinces en dedos son los más frecuentes después de los esguinces de tobillo. Suelen darse en personas que realizan esfuerzos o ejercicio manual intenso, como jugadores de balonmano. Generalmente, encontramos dolor difuso o localizado en la cara interna de la articulación, edema, equimosis o hematoma, con limitación de los movimientos. En estos casos, y dependiendo del grado de agresión, es frecuente encontrar fracturas asociadas.
Los esguinces de rodilla también son frecuentes en población deportista, sobre todo en aquellos deportes donde se requiere su utilización frecuente, como en: futbolistas, voleibolistas, jugadores de baloncesto, etc. La edad en la que podemos observar este tipo de esguince con más frecuencia suele rondar los 30-35 años.
Últimamente, uno de los esguinces más estudiados por la comunidad científica es el esguince cervical.
Los esguinces más frecuentes son los de tobillo, seguidos por los de los dedos. Así mismo, para la población joven-adulta. los esguinces de rodilla son frecuentes en ciertos deportes.
Fuentes: Revista de Actualización Clínica Investiga, Revista Médica del IMSS, REDI Universidad FASTA
Fuentes de imágenes: 2, 3]]>