Hace un tiempo hablamos sobre en qué consiste esta enfermedad, y cómo puede ayudar la fisioterapia en el manejo de la ELA. Hoy, vamos a centrarnos más en el tratamiento de la ELA desde la fisioterapia:
Tratamiento de fisioterapia en la ELA
El objetivo principal del tratamiento es mantener al paciente en las mejores condiciones físicas posibles. También se tratará de conseguir la mejora de ciertos síntomas, y prevenir complicaciones que agraven la situación. Siempre se tratará de mantener y potenciar la autonomía del paciente y su calidad de vida. Por estos motivos, es fundamental el tratamiento de fisioterapia.
¿Cuándo es recomendable empezar el tratamiento de Fisioterapia?
Debería comenzar desde el instante que el paciente conoce el diagnóstico. Por este motivo, es de gran importancia que este sea lo más precoz posible. Existen muchos casos mal asesorados que empiezan el tratamiento de fisioterapia para la ELA demasiado tarde, habiendo perdido mucho tiempo. Al empezar tarde el tratamiento, se presentan diferentes alteraciones en el paciente, que podrían haberse evitado. Por este motivo, es muy importante comenzar el tratamiento cuanto antes, ya que cuanto antes comience el tratamiento, mejores condiciones físicas presentará el paciente. De esta manera podremos conseguir mejores adaptaciones neuromusculares y cardiorrespiratorias, repercutiendo esto directamente en la evolución de la enfermedad. El fisioterapeuta también enseñará y educará a los pacientes y cuidadores en ciertos aspectos, como:
- las diferentes posturas,
- la correcta realización de transferencias de un lugar a otro. Así se evita que puedan producirse lesiones articulares, caídas, etc.
- Asesoramiento con las ayudas técnicas, adaptaciones domiciliarias y otras situaciones que el paciente pueda demandar.
¿El tratamiento de la ELA es el mismo en todas las fases?
No. La fisioterapia cuenta con diferentes formas de tratamiento dependiendo de los estadios de la enfermedad:
- Reeducación postural como la RPG. Puede ayudar a evitar contracturas y retracciones en las extremidades. Los estiramientos suaves y los masajes, también pueden ayudarnos al mantenimiento del tono muscular y de una correcta circulación venosa.
- Los métodos Kabat o Bobath se utilizan en el paciente con afectación neurológica. El objetivo es buscar un estímulo propioceptivo en las extremidades que desencadene una respuesta motora.
- Cinesiterapia, trata de mantener los recorridos articulares. De este modo, se puede prevenir la aparición de deformidades o articulaciones congeladas y potenciar el tono y la fuerza muscular el mayor tiempo posible.
- La Fisioterapia respiratoria, evita la acumulación de flemas, la aparición de infecciones e intenta retrasar la ventilación asistida.
- Electroterapia, cuya finalidad es fundamentalmente analgésica.
- Ergoterapia o ayudas técnicas. Son aparatos o utensilios diseñados y adaptados a cada paciente para que pueda alcanzar la máxima independencia. Se usan para actividades como alimentación, higiene, marcha, bipedestación y movilidad. No deben de olvidarse las adaptaciones domiciliarias.
- Hidroterapia, consigue mayor movilidad articular, mayor facilidad para realizar ejercicios de movilidad y ejercicios de fuerza con la resistencia del agua a los movimientos, relajación muscular, sedación de dolores, trabajo propioceptivo, mejora psicológica.
¿Cómo es el tratamiento de la ELA desde la fisioterapia?
Para empezar, se debe realizar una evaluación y exploración neuromuscular. Es importante entender a la edad, capacidad cardiorrespiratoria, capacidad de deglución, nivel de nutrición, estado psicológico y estado general del paciente y sobre todo, predisposición para llevar un plan de ejercicios de manera regular. Con esta información, se podrá diseñar el tratamiento de manera individualizada. Esta evaluación se hará de manera periódica, normalmente cada dos meses y después de haber llevado un tratamiento específico durante ese tiempo.
El paciente con ELA, se puede beneficiar de un plan de ejercicios de fuerza, resistencia o de potencia dependiendo de lo que el profesional decida y por supuesto siempre que la capacidad del paciente lo permita. También se debe incluir ejercicio aeróbico (bicicleta, andar, remo), y por supuesto estiramientos musculares. Estos últimos son muy importantes no sólo para mantener las articulaciones dentro de su rango de movimiento normal, sino para intentar evitar que el músculo vaya perdiendo fuerza y funcionalidad. Además, controlan el dolor que puede aparecer a consecuencia de esto. Tener en cuenta que los ejercicios deberán realizarse siempre coordinados con la respiración, por lo que el fisioterapeuta deberá enseñar y educar al paciente y sus cuidadores en este aspecto, e instaurar los ejercicios respiratorios de manera analítica y global (diafragmáticos, torácicos, costodiafragmáticos), incluida la tos, desde el primer día de tratamiento, aun sin tener ningún problema respiratorio.
¿Qué tratamientos son los más adecuados?
En la mayoría de los casos, el paciente con ELA tiene una respiración superficial debido a la pérdida de fuerza en la musculatura inspiratoria y espiratoria. Para tratar de evitar cualquier complicación (neumonía, bronquitis…) utilizaremos técnicas de fisioterapia respiratoria. Con esto, tratamos de mejorar la función pulmonar. Por consecuencia, se trata de aumentar el volumen de aire, mejorar el intercambio de gases, disminuir el trabajo respiratorio y facilitar la eliminación de las secreciones. La hidroterapia (piscina, mar), también será beneficiosa para el paciente ya que le permitirá hacer ejercicios que no los puede realizar en tierra, además de tener también efectos relajantes y sedantes, siempre dependiendo del objetivo que pretendamos. En fases avanzadas de la enfermedad, cuando no existen respuestas motoras en las extremidades, se pueden realizar movilizaciones pasivas, estiramientos muy suaves y masajes para evitar retracciones y deformidades. Sea cual sea el tratamiento que se decida, lo ideal es que sea diseñado y controlado continuamente por un fisioterapeuta, asesorando y educando tanto al paciente, como a los cuidadores en los diferentes aspectos relacionados con el tratamiento, manejo y cuidado. Es muy importante dejar claro desde el primer día a los pacientes e intentar convencerlos de que el tratamiento será específico según su estado clínico y no caigan en el error de pensar que cuanto más ejercicio, más intensidad y mayor tiempo mejor, estos aspectos los determinará el fisioterapeuta junto a los demás profesionales del equipo en función de su estado general.
¿Qué tratamientos están contraindicados en la ELA?
Siempre se deberá evitar el drenaje postural y la técnica de percusión. Esto es debido a que, para este tipo de pacientes, son unas técnicas bastante traumáticas y les suponen un gran estrés. Pueden incluso llegar a ser peligrosas para el paciente. Es más recomendable utilizar técnicas de compresión y vibración y en posturas lo más cómodas posibles. Además, es importante trabajar con el neumólogo para que valore y maneje la situación, ya sea con tratamiento farmacológico o asociado a ventilación mecánica. Ejercicios y movilizaciones que nos pueden orientar y ayudar:
Manual para la atención de la ELA. Documento para Pacientes y Fisioterapeutas
Manejo de las Complicaciones Respiratorias
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