Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), que es una enfermedad neurológica progresiva que ataca a las neuronas encargadas de controlar los músculos voluntarios. Estas neuronas sirven como unidades de control y enlaces entre el sistema nervioso y los músculos voluntarios del cuerpo. ¿Cómo se trata la ELA con Fisioterapia? Los músculos se debilitan gradualmente (atrofia) y se contraen (fasciculaciones). Los pacientes pierden la fuerza y la capacidad de mover brazos, piernas y cuerpo. Cuando los músculos del diafragma y de la pared torácica fallan, los pacientes pierden la capacidad de respirar sin un ventilador artificial. La ELA generalmente afecta a personas entre los 40 y 60 años de edad y más a los hombres. La mayoría de las personas con ELA mueren de fallo respiratorio entre 3 a 5 años a partir del comienzo de los síntomas. Sin embargo, alrededor del 10% de los pacientes con ELA sobreviven más de 10 años.
Síntomas
- Dificultad para respirar y/o deglutir
- Babeo
- Náuseas
- Caída de la cabeza debido a la debilidad en los músculos del cuello
- Calambres musculares
- Contracciones musculares (fasciculaciones)
- Debilidad muscular
- Parálisis
- Problemas en el lenguaje: patrón de habla lento, mala articulación de palabras
- Cambios en la voz: ronquera
- Pérdida de peso
ELA y Fisioterapia
La fisioterapia es la rama especialistas de la reeducación de los miembros afectados y las minusvalías motoras que aparezcan. El objetivo es mantener el bienestar y la mayor independencia posible en el afectado, por pequeña que sea. Como se ha mencionado anteriormente, uno de los primeros síntomas que aparece con la ELA es la debilidad muscular y la pérdida de fuerza, que impide el movimiento de las articulaciones y provoca la pérdida de función de los músculos, ocasionando algunos problemas al caminar, posturales, de movilidad o respiratorios.
Para la persona afectada de ELA, la rehabilitación no es sinónimo de curación pero sí, una forma de mantener la autonomía para las actividades de la vida diaria el mayor tiempo posible. Los fisioterapeutas no sólo logran esto, sino que también pueden prevenir las deformidades y la incomodidad postural mediante un programa de ejercicios cuidadosamente graduados.
La fisioterapia activa y pasiva es importante, debido a que previene las contracturas musculares, la rigidez articular y evita el dolor. La cantidad y el tiempo de ejercicio realizado por el paciente pueden variar de un día a otro; como regla, el paciente no debe nunca hacer ejercicio al punto de quedar exhausto; se recomienda incorporar periodos de descanso durante la terapia y la rutina diaria. Una buena tabla de ejercicios adaptada debe ser realizada por el propio afectado, si se siente capaz, si no fuera así, debe hacerla en colaboración su cuidador. Los ejercicios generales pueden incluir el caminar o pasear, la natación, apuntarse e ir a un polideportivo, realizar las tareas de la vida cotidiana… por los menos en las primeras etapas de la enfermedad. Pero, recuerda que es fundamental que el paciente no se canse, este hecho sería más perjudicial que beneficioso.
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Fuentes: fundela, fisioeguzki, elaandalucia]]>