El día 11 de Abril fue el día mundial del Parkinson, una de las enfermedades neurológicas más frecuentes, y la más común del sistema extrapiramidal. El Parkinson tiene unos síntomas muy característicos y que a todos nos suenan, como el temblor y la rigidez. Pero por desgracia, no son los únicos síntomas de esta enfermedad.
¿Qué es el Parkinson?
El Parkinson es una enfermedad neurológica degenerativa de causa desconocida. Tiene una mayor prevalencia en personas mayores de 50 años, y en algunos casos se atribuye a la mutación de unos genes específicos. Si hablamos de la frecuencia del Parkinson, los datos nos dicen que se da en el 1% de los mayores de 65 años y al 2% de más de 85 años.
No es lo mismo hablar de la Enfermedad de Parkinson que del Síndrome Parkinsoniano. Ambos tienen definiciones y causas diferentes.
Cuando hablamos de la enfermedad de Parkinson, nos referimos al Parkinson primario, es decir, a la enfermedad en sí. En cambio, cuando hablamos del síndrome Parkinsoniano, nos referimos a los síntomas típicos de la enfermedad de Parkinson, pero secundarios a tóxicos u a otras enfermedad neurológicas.
¿Cómo saber si una persona tiene Parkinson?
Antes de saber si una persona tiene Parkinson, lo primero que tenemos que tener claro es que el Parkinson es una enfermedad progresiva que afecta al movimiento. Esto quiere decir que los síntomas empiezan de forma gradual. A veces puede comenzar con un leve temblor en una sola mano. Aunque otras veces puede debutar con rigidez o disminución del movimiento acompañada (o no) del temblor.
Al comienzo del Parkinson, la cara puede tener una expresión «leve». También es posible que los brazos no se balanceen al caminar, y que se altere el habla. Según va avanzando la enfermedad, los síntomas van agravándose y expandiéndose.
Para saber si una persona tiene Parkinson, lo principal es consultar al médico si se observa alguno de los síntomas comentados. De esta manera, podrán realizarse las pruebas necesarias (TAC, análisis de sangre, etc.) para poder diagnosticar el Parkinson, y/o descartar otras causas de los síntomas.
¿Cuáles son los principales síntomas del Parkinson?
Los síntomas primarios son aquellos que aparecen por el propio curso de la enfermedad. En general, estos síntomas se asocial al descenso de la actividad dopaminérgica y de la sustancia negra, así como a las alteraciones de los ganglios basales. Cuando se dañan o alteran estas estructuras, es común que aparezcan los siguientes síntomas:
Temblor
El temblor en el Parkinson suele aparecer en reposo. Esto quiere decir que el temblor máximo se alcanza cuando la extremidad está en reposo. Habitualmente, el temblor parkinsonismo es unilateral, más prominente en la parte más distal de la extremidad, y desaparece con una acción o durante el sueño. Hay algunas pautas que podemos seguir para tratar de disminuir ese temblor cuando es muy molesto.
Bradicinesia
La bradicinesia es la lentitud en el inicio y ejecución del movimiento. Se da sobre todo en los movimientos voluntarios complejos. Cuando aparece la bradicinesia, aparece también una gran dificultad para la ejecución de movimientos voluntarios finos de los dedos, como escribir, atarse, abotonarse o cortar alimentos. Curiosamente, aunque se dé esta gran dificultad, a veces nos encontramos con que, movimientos coordinados más complejos, como conducir un coche, pueden estar relativamente poco afectados.
La bradicinesia es un síntoma característico de las alteraciones de los ganglios basales, especialmente del sistema nigroestriado, y es un síntoma propio de la enfermedad de Parkinson. Los pacientes muchas veces lo describen como una sensación de rigidez que les impide o dificulta realizar los movimientos.
Rigidez en Parkinson
La hipertonia en Parkinson suele ser generalizada. Así mismo, la rigidez en Parkinson es un síntoma muy característico de la enfermedad. La rigidez en Parkinson es causada por una contracción muscular excesiva y continuada. Suele ser asimétrica, y suele presentarse en el cuello, cadena posterior y aductores. Según va avanzando, va haciendo que la postura del paciente se modifique, por ejemplo adelantando su cabeza debido a la rigidez del cuello. Obviamente, esta rigidez se acompaña de dolor, ya que se debe a la contracción muscular excesiva.
A veces, para paliar la hipertonia en parkinson podemos usar trucos como almohadillas cervicales. Pueden ayudar a estabilizar el cuello y la cabeza del paciente cuando está en reposo, disminuyendo su tensión y no aumentando su dolor.
Dolor
Como acabamos de comentar, el dolor en el Parkinson suele aparecer asociado a la rigidez. Se localiza fundamentalmente en la musculatura cervical, alrededor de los muslos, en la cintura escapular, así como en la zona proximal de las extremidades superiores e inferiores.
El dolor también aparece en el Parkinson debido al aumento de inestabilidad, y por consiguiente, de las caídas y lesiones que puedan aparecer. Por suerte, hay muchas manera de manejar el dolor de manera no farmacológica: con masajes, terapia manual, TENS… Pero además, podemos aliviar el dolor de Parkinson desde casa con cosas tan simples como: termoterapia (calor), cremas antiinflamatorias, electroestimulación…
Hipocinesia
La hipocinesia es la dificultad para mantener un ritmo y amplitud adecuados al realizar movimientos repetidos alternantes. Además, la hipocinesia se acompaña de escasez y pobreza de movimientos en los pacientes que la presentan.
Trastornos de la marcha e inestabilidad
El trastorno de la marcha en esta patología es frecuente, y es una de las principales causas de incapacidad. Se caracteriza por una disminución de la velocidad y de la longitud de zancada, y un aumento del tiempo de doble apoyo. Los movimientos articulares se reducen, y las caderas y rodillas se encuentran ligeramente flexionadas durante todo el ciclo de la marcha. Puede darse una indecisión o bloqueo en el primer paso y dificultad en los cambios de dirección.
Los trastornos de la marcha y la inestabilidad pueden generar trastornos del ánimo asociados a los pacientes, ya que aumenta su inseguridad, su ansiedad, y su percepción de incapacidad.
Trastornos del estado del ánimo
Entre ellos ansiedad, depresión, y apatía. Esto puede deberse tanto a la base más física y neurológica de la enfermedad, como a la autopercepción del paciente sobre el avance de la misma. Muchas veces, el verse dependientes, inestables, rígidos, con dolor que se va cronificando… Hace que su estado anímico se vaya deteriorando.
Un buen manejo por parte de la psicología geriátrica, puede mejorar la calidad de vida del paciente enormemente.
Es muy importante que, al igual que nos enfocamos en prevenir o paliar los síntomas físicos de la enfermedad, también hagamos un buen control y mantenimiento de los síntomas emocionales. Y no nos referimos sólo al control farmacológico de estos síntomas (antidepresivos, ansiolíticos, etc.)Un buen manejo por parte de la psicología geriátrica, puede mejorar la calidad de vida del paciente enormemente. No solo por su mejora anímica, sino porque ayudará a disminuir el miedo ante las caídas (ayudando a mejorar la estabilidad y los bloqueos al andar), así como a mantener su capacidad cognitiva (enllenteciendo el avance de la demencia).
Otros síntomas del Parkinson
- Alteraciones en los movimientos automáticos.
- Blefaroespasmo, que es la disminución del parpadeo espontáneo, produciendo una disminución de la hidratación ocular
- Alteraciones de la motilidad ocular: Se produce un enlentecimiento de los movimientos oculares rápidos.
- Hipotensión ortostática.
- Alteración de los reflejos posturales, tendencia a la flexión, e inestabilidad postural.
- Facies amímica, que es la presencia de un gesto o cara inexpresiva, que aparece por la pérdida de los movimientos faciales automáticos.
- Sialorrea, que es lo que conocemos como la disminución de los movimientos automáticos de deglución de la saliva. Los trastornos de la deglución se observan en algunos pacientes en fases avanzadas de la enfermedad
- Demencia.
- Sudoración excesiva, debido a la hiperactividad muscular causada por el temblor y a la hiperactividad de la inervación de las glándulas sudoríparas
- Seborrea: Aumento de la secreción grasa sobre todo en cuero cabelludo y cara.
- Constipación debida a la disminución del peristaltismo del intestino grueso
- Alteraciones del control vesical: Debido a la disminución de la actividad del músculo detrusor.
Blefaroespasmo parkinson ¿qué es y cómo es de frecuente?
El blefaroespasmo es un síntoma poco común pero posible en pacientes con Parkinson. Consiste en contracciones involuntarias de los músculos alrededor de los ojos, lo que puede causar parpadeos excesivos o cierre involuntario de los párpados.
Este síntoma puede ser muy molesto y afectar la calidad de vida de quienes lo experimentan. A menudo, el blefaroespasmo en parkinson puede empeorar en situaciones de estrés o cansancio, y mejorar durante el descanso.
Es importante que los pacientes con Parkinson que experimenten blefaroespasmo lo comuniquen a su médico tratante, ya que existen opciones de tratamiento que pueden ayudar a manejar este síntoma y mejorar la calidad de vida.
Algunas opciones de tratamiento para el blefaroespasmo en pacientes con Parkinson incluyen la administración de medicamentos específicos, la aplicación de toxina botulínica en los músculos afectados, y en casos severos, la cirugía puede ser considerada como tratamiento.
Tratamiento de los síntomas del Parkinson
Algunos síntomas, como el dolor y la rigidez, podemos paliarlos desde casa siguiendo unas sencillas pautas. Otros síntomas, como la inestabilidad, la pérdida de fuerza muscular, la alteración del estado anímico, etc. se pueden tratar de prevenir o enllentecer lo máximo posible también siguiendo ciertas pautas.
Aun así, el manejo más habitual, el más estudiado y el más eficaz para tratar los síntomas del Parkinson es el manejo farmacológico. Sí que es cierto, que la fisioterapia es una gran aliada, como coadyuvante del manejo farmacológico, para prevenir y paliar un gran número de los síntomas descritos. Sobretodo, si tenemos en cuenta que la esperanza de vida de esta enfermedad puede llegar a los 39 años desde su diagnóstico. Para ello, hacemos uso tanto de la terapia manual, como del ejercicio terapéutico planificado, buscando el máximo beneficio sobre la plasticidad neuronal, y manteniendo la calidad de vida del paciente el mayor tiempo posible.